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6 de Noviembre de 2015 'Escaladores de la libertad' consigue el Premi Collsacabra, convocado por la Fira de la Muntanya i del Llibre Vic-Collsacabra que se celebra este fin de semana en el Recinto Ferial El Sucre de Vic (Barcelona). Un nuevo reconocimiento para una historia que también ha conseguido el premio literario American Alpine Club o el Munday del Banff Mountain Festival.
Un reconocimiento más para una historia con un palmarés bien nutrido: 'Escaladores de la libertad', de la escritora Bernadette McDonald y publicado en castellano por Ediciones Desnivel, ha conseguido el Premi Collsacabra al mejor libro de montaña en lengua no catalana que convoca la Fira de la Muntanya i del Llibre Vic-Collsacabra (Vic, Barcelona). El premio se falla este año por primera vez y su objetivo es reconocer el trabajo de autores y editoriales para divulgar la cultura, deportes, guías o manuales técnicos relacionados con la montaña. El acto de entrega será este sábado a las 13 horas en Vic.
'Escaladores de la libertad' cuenta la historia de un grupo de montañeros inquietos que emplearon su pasión para escalar en el Himalaya pese a la trabas del comunismo. Una historia que ya ha conseguido otros reconocimientos como el American Alpine Club Literary Prize de 2012 (EEUU); el premio Munday del Banff Mountain Festival de 2012 (Canadá) o el premio Boardman Tasker del Kendal Mountain Festival de 2011 (Reino Unido).
La trama se desarrolla en una Polonia triste, lóbrega y arrasada por la guerra, sin atisbos de esperanza de tener una vida digna. Allí fue donde Jerzy Kukuczka, Voytek Kurtyka o Wanda Rutkiewicz crearon su propia economía de libre mercado frente a los mandos comunistas y escalaron las vías que les condujeron a su liberación. En una época en la que los ciudadanos polacos estaban bloqueados tras el Telón de Acero, estos intrépidos exploradores hallaron una manera de moverse por el mundo en busca de aventuras extremas.
En palabras de McDonald, “Los escaladores del pasado llegaron a ser así de fuertes gracias a escalar en las montañas más altas, año tras año y durante meses seguidos. Y lograron eso a pesar de la agitación política y económica que existía entonces. Los escaladores polacos manipularon el sistema de corte comunista e hicieron que trabajara a su favor. Crearon una economía de mercado negro que financiaba su estilo de vida alpinístico. No gozaban de la misma calidad de viajes que otras expediciones. No había dinero para sherpas. Usaban camiones en lugar de aviones y no dependían de suministros extranjeros. Pero después de cada expedición, repartían el saldo de dinero que sobraba y regresaban a Polonia más ricos de lo que salieron”.