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Bienvenida a la novela ganadora del Premio Desnivel de Literatura 2015
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10 de Diciembre de 2015

Bienvenida a la novela ganadora del Premio Desnivel de Literatura 2015

Desnivel

Sin fronteras. Un corredor en tierra de nadie. Intenso, vital, optimista… un regalo para Desnivel contar con este libro y un lujo compartir con el autor y los asistentes una también intensa velada.

Casi siempre es una sorpresa encontrarte con la persona que ha ganado el Premio. Alguien desconocido pero a quien crees conocer no solo porque has hablado con él por teléfono, por mail, porque has vivido sus palabras y trabajado con ellas, sino porque los escritores siempre exponen algo propio en aquello que nos muestran. A veces no es necesariamente lo que son, igual es precisamente lo que no son, o lo que aman, o lo que detestan… pero están ahí, en cierta manera, al otro lado de sus palabras. Y es un lujo tenerle delante y poder preguntarle todo aquello que creías saber sobre Sin fronteras. Un corredor en tierra de nadie. Todas las interpretaciones sobre los personajes y los lugares… y es que esa es parte de la magia de escribir, que un pedazo lo ponga el autor y otro lo complete el lector.

Sin fronteras. Un corredor en tierra de nadie tiene mucha miga. Es la historia de un corredor, salvaje, joven, fuerte, un héroe individualista que vive como un nómada de nuestro tiempo, lo que para Vicente García Campo, hoy en día, significa no tener un lugar donde poner la lavadora, y el protagonista (que sí es aseado, no nos confundamos) no lo tiene. Vive en su furgoneta, al día, en rincones sin cobertura.

También es la historia de una pintora solitaria, el autor nos confiesa que es un personaje al que le hubiera gustado dar más protagonismo pero que se debía al ritmo de la historia y al global de lo que quería contar. En eso es un mago porque la trama no decae, no cansa, siempre cautiva y quieres dar una zancada más a ver a dónde te lleva. La novela habla de las carreras de montaña desde un punto de vista muy fresco y a la vez acertado, quizá con cierto toque visionario. No deja de lado problemáticas como el dopaje o la competitividad mal entendida ya que, según Vicente, cuando te pones un dorsal tienes que salir a ganar, a darlo todo, no puedes llegar a la meta el 15 y fresco como una lechuga.

Vicente nos desveló en la Librería Desnivel que su formación de ingeniero es crucial para él a la hora de escribir, ya que construye una estructura sobre la que luego se mueven los personajes y sobre la que avanza la historia. Con ese ritmo trepidante en el que realmente parece que estés en una carrera: intensa, arriesgada, rápida y con una meta clara. Y es que también confesó que empieza los libros teniendo muy claro el final ¡y menudo final! El autor cuenta que la experiencia reciente de escribir novela, pues la galardonada es su primera obra de este estilo, ha sido muy enriquecedora a la vez que enriquecida por todo lo leído a lo largo de tantos años de voraz lector y todo lo escrito en dramaturgia, que es el registro en el que hasta ahora se había manejado.

La magia del premio en estos 17 años que lleva montañeando libros son esos encuentros. Primero con un manuscrito casi anónimo. Después con autores y autoras que tienen un rostro y una esencia que ya inevitablemente enlazas con sus palabras. Es un acto en ocasiones generoso el escribir, porque tiene mucho que ver con el compartir. Pero es aún más generoso mostrarte delante de tus lectores o posibles lectores a plantearte y hablar sobre los secretos de esa novela que se ha proclamado ganadora.

La de ayer fue una velada muy interesante en la que se barajaron temas superficiales y profundos, por ejemplo ese lobo que todos llevamos dentro y que en ocasiones dejamos de lado, dejamos de escucharle en pos de una vida más cómoda, menos cargada de incertidumbres. O esa frase que se repite en la historia «La peor situación para un corredor en encontrarse en tierra de nadie». Nos explicó el ganador que en lo estrictamente deportivo se refiere a ese lugar solitario que está entre los que van delante y los que van detrás, pero también es un lugar de su niñez, una tierra que no tiene dueño, y un momento vital en el que solo puedes ir hacia delante porque lo que queda detrás se va desdibujando.

También hubo mucho humor y reflexión, ya que se puso sobre la mesa el hecho de que la novela ganadora hubiera sido autoeditada digitalmente, algo que en las bases estaba en ese territorio entre dos fronteras, en arenas movedizas que nos hablan de tiempos de cambio y cláusulas que haces en tu defensa y se vuelven en tu contra. Pero lo interesante de estas aventuras es que siempre te brindan la oportunidad de seguir creciendo.

Una bonita oportunidad, entre amigos, entre escritores, entre profesionales de la edición de seguir aprendiendo y reflexionando sobre la rapidez del mundo en el que vimos y sobre conceptos que creíamos tener claros y que, indudablemente, hay que seguir revisando, hasta el punto de habernos hecho replantearnos las bases para la siguiente edición, abriéndonos lo más posible para no quedarnos atrapados en nuestras propias fronteras.

Nos parece muy interesante habernos salido de la norma basándonos en un criterio propio que nos permite transitar por la fina línea en la que se tambalea todo lo que para nosotros, como editorial, tiene sentido. Lo que para nosotros es el trabajo de edición que supone un filtro a la hora de seleccionar y un profundo trabajo en equipo y un cuidado a la hora de editar, trabajar, corregir y esculpir el texto definitivo. Algo esencial, desde nuestro sentir, para que el que recoge entre sus manos un tesoro sepa que se puede relajar ante su brillo.

También un momento para apreciar lo que para nosotros significa no perder el sentido de por qué y para qué nació este premio. Un sueño romántico en el que se busca dar impulso a aquellas personas que tienen historias que contar, vivencias que expresar, novelas que inventar. Dar cabida a escritores y escritoras desconocidas, encontrarnos tesoros y retos como el que ahora tenemos entre manos y, sobre todo, editar libros que nos conmuevan, nos revuelvan, nos inspiren y en los que creamos sinceramente más allá de estrategias de venta o de exclusividad comercial.

Sin fronteras. Un corredor en tierra de nadie. Es uno de ellos. Cuando lo leas ten la mente abierta, lejos de fronteras y límites, y quizá en algún recodo de sus páginas también te topes con tu lobo, con tu meta, o con esa tierra de nadie que dejaste atrás.


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