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18 de Mayo de 2010
Maurice Herzog, 'monsieur' Annapurna
Darío Rodríguez y Sebastián Álvaro
Es, con 90 años, el único superviviente de los protagonistas de aquella ascensión. Paradójicamente es quien más cerca estuvo de morir. Después del Annapurna, y de unas cuantas escaladas clásicas en los Alpes, reconstruyó su vida en torno a la política y al mundo de la empresa. Al Annapurna fue a buscar auténtica aventura. Ahora Desnivel publica el clásico Annapurna primer ochomil
Con 31 años, Maurice Herzog, un parisino licenciado en Economía y alpinista "aficionado", hizo suya la causa común de ascender, para una Francia rota por la guerra, el primer ochomil. A su regreso, su heroicidad era el espejo de la de su país: vencedor en la guerra y amputado por la batalla. Y el país le recompensó. Durante 20 años se dedicó a la política: fue ministro de Juventud y Deportes del general De Gaulle, diputado y alcalde de Chamonix. La reciente polémica no le hace perder la serenidad. Aunque ven la luz desacuerdos, jerarquía, animosidades e incluso se pone en duda que llegaran hasta la misma cumbre, Herzog sigue siendo el Señor del Annapurna que defiende la idea de fraternidad, consenso y cima. En el año 1999 visitó España y pudimos hacerle esta entrevista. Ediciones Desnivel acaba de publicar un clásico de la literatura de montaña: Annapurna primer ochomil.
¿Por qué decidieron ir al Annapurna?
Los ingleses querían ir al Everest pero no tenían permiso. Nosotros sí, pero tuve una conversación con Hunt y le dije que habían sido lanzadas casi diez expediciones británicas al Everest; tenían la prioridad.
Parece un alpinismo de caballeros, sin embargo, la gente conoce más a Hillary y Tenzing que a Herzog y Lachenal, ¿no le causa frustración?
Para mí el Everest no era una verdadera aventura en términos de alpinismo porque se sabía todo, sólo faltaba la conquista. Me parecía una cumbre prestigiosa pero que no ofrecía la aventura del Annapurna. Nosotros hicimos exploración y conquista. La prensa habló mucho del Everest, pero primero habló del Annapurna, y tuvo una gran importancia. Los derechos del libro estuvieron cedidos al Comité del Himalaya durante 20 años y permitieron financiar todas las expediciones francesas durante ese tiempo [El Annapurna, primer ochomil fue durante años el libro más vendido en Francia, por encima de la Biblia. La película que filmó Marcel Ichac, en 15 días, fue vista por 100.000 personas en París].
¿El ataque al Annapurna tendrían que haberlo hecho los más fuertes, Maurice y Lionel?
Buena pregunta. Es lo que hubiera debido pasar. Éramos los dos mejores en aquel momento. Pero la organizacion de las cordadas estaba hecha y había que respetar esa ley. Una cordada iba del C2 al C3 y otra por delante del C3 al C4, como una escalera humana.
Como jefe, podía haberla cambiado.
Mis compañeros habrían tomado esta decisión como un acto autoritarista.
¿Y acerca de la polémica con los cuadernos de Lachenal y otros libros donde se habla de los desacuerdos?
Hay algo en lo que quiero insistir: todas las decisiones eran tomadas en un largo consenso con todos. La experiencia de la guerra me sirvió mucho.
Sobrevivió gracias a una sucesión de milagros, ¿cuáles son?
Podía haber muerto cuando caí en una grieta, cuando un alud nos arrastró 200 o 300 metros sobre una arista, cuando en el valle un águila real quería coger con sus garras mi cuerpo casi muerto. Después, un tigre cruzó el vagón del tren: entró por una ventana y salió por otra, y no me comió porque mi olor era demasiado fuerte.
¿Cómo cambió su vida después?
Yo era un ser muy diferente: en mi juventud fui bastante infeliz, tenía que superar la dureza de la época y la guerra. Era duro, impermeable, quería superar toda debilidad humana, incluidas las mujeres que eran el enemigo. Era un hombre orgulloso, no vanidoso, mis filósofos eran Nietzsche y Schopenhauer. Pero afortunadamente cambié. En mi libro escribí: "es mejor ser verdadero que ser fuerte".
Después del Annapurna, regresó a la montaña...
Hice grandes clásicas en el glaciar del Mont Blanc. Con mi hermano Gerhard, la norte de Bionnasay, El Corredor de la Y de la Verte; el Corredor Marinelli (3 km) del Monte Rosa y otras. Únicamente durante unos años, después tuve mucho que hacer.
Conoció el Himalaya cuando estaba reservado a unos privilegiados, ¿qué piensa de la evolución?
En Nepal, la primera industria del país son los turistas y gracias a ello Nepal vive porque es incapaz de utilizar otras riquezas naturales, como la energía hidráulica, la construcción de presas [Herzog promovió un intento de financiación a través del Banco Mundial que fue denegado]. Es el país con mayor potencial hidroeléctirco del mundo, sería algo equivalente a la energía de todas la centrales nucleares de Estados Unidos.
¿Qué piensa de las expediciones nacionales?
Me opongo. En el Annapurna pedí que formaran parte del equipo alpinistas extranjeros, pero había un nacionalismo importante y no fue posible. La montaña no conoce fronteras y los alpinistas tampoco deberían tenerlas.
¿Y de las comerciales?
Un escándalo, incluso un delito. ¿Conoce la historia del Everest? "Si me da 50.000 dólares les prometo el Everest". No se puede decir esto. El jefe de la expedición tiene que asumir riesgos muy importantes porque la gente ha pagado mucho. Me opongo de manera categórica. Pero que haya guías como tenemos en Chamonix, por qué no.