Noticias
2 de Marzo de 2016 Alex Honnold ha llevado la escalada en solo integral más allá de lo que se consideraba posible con proyectos donde no solo cuenta el grado, también la altura y riesgo. “Lo puede entender hasta el más profano”, apunta el libro Solo en la pared, de Ediciones Desnivel. “La apuesta es total: si te caes, te matas”.
Cada vez que habla en público, a Alex Honnold le suelen hacer dos preguntas: ¿por qué escalas en solo integral? y ¿no te da miedo que puedas matarte? En cierto sentido, estas preguntas no tienen respuesta. En la medida en que pueden contestarse, las razones están entre las páginas de Solo en la pared, un libro que habla del particular universo de Alex, de su extraordinaria vida y de su idiosincrática visión del mundo.
Hace apenas unos años, Alex era poco conocido fuera de un pequeño círculo de escaladores. Pero hoy, a sus treinta años, probablemente sea el deportista de aventura más admirado y respetado del mundo porque gestas han trascendido a lo puramente deportivo. Ha pulverizado récords de velocidad, ha roto moldes en vías legendarias y ha ganado premios en muchas disciplinas. Pero la razón de la celebridad de Honnold es que ha llevado la manera más extrema y peligrosa de escalar, el solo integral, más allá de lo que nadie había considerado posible.
En Solo en la pared relata siete de sus escaladas más asombrosas. Nos transmite la emoción de cada una de ellas, entrelazando el relato con pasajes que invitan a la reflexión y arrojan luz sobre cómo funcionan los mecanismos internos de su mente. Compartimos sus miedos y aprendemos sus secretos para gestionarlos. Paralelamente, el veterano escalador y premiado autor David Roberts nos acerca al presente y al pasado de este deporte para poner en perspectiva los impresionantes logros de Alex.
(Por cierto, el libro también responde a la pregunta insistente sobre cómo empezó una práctica tan arriesgada, aunque quizá algunos piensen que la explicación no es cierta: “Dudo que me crean del todo cuando les doy una respuesta honesta. La verdad es que cuando comencé a escalar al aire libre era demasiado tímido para acercarme a gente que no conocía en las zonas de escalada y preguntarles si les gustaría encordarse conmigo […] así que empecé a escalar en solo”).