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Eduardo Martínez de Pisón: "Más allá del Himalaya hay altas montañas perdidas y muy bellas"
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7 de Noviembre de 2012

Eduardo Martínez de Pisón: "Más allá del Himalaya hay altas montañas perdidas y muy bellas"

Ana Fernández Soto

Geógrafo, montañero, viajero incansable... Eduardo Martínez de Pisón nos habla de su último libro, escrito junto a Ricard Tomás, y que ha contado con la inestimable colaboración de China, Tierra de Aventura, Sebastián Álvaro y J. Pallás. Más allá del Everest nos cuenta la historia, los paisajes naturales y humanos y a la vez es guía de viaje de las montañas más desconocidas de China.

¿Era necesario ir "más allá del Everest"?
Para un geógrafo sí era necesario. Hay que intentar conocer más. Más allá del Himalaya hay altas montañas perdidas y muy bellas, situadas en el corazón de Asia. Pienso que un montañero debe conocerlas, informarse y extender ese conocimiento. Son magníficas montañas y lo que nosotros hemos disfrutado recorriéndolas debe propagarse para que otros también las disfruten, aunque, eso sí, del mismo modo, es decir, sin perturbar su soledad. Varias de ellas aún requieren exploración para alcanzarlas y para entrar en sus valles altos, por lo que no son de fáciles accesos.

Pero hay otras razones, que se refieren en concreto a las montañas tratadas en este libro: primero, todas ellas son grandes y hermosas montañas, como las del Himalaya pero más lejanas y escondidas; segundo, todas están consideradas por los habitantes de la región como cumbres sagradas y en algunos casos prohibidas: y tercero, dos de ellas fueron estimadas equivocadamente por algunos exploradores en el primer tercio del siglo XX más altas que el mismo Everest; al estar ocultas en China eran misteriosas y cabía otorgarles muchas leyendas. Y hubo expediciones que fueron a comprobarlo. Por eso, acudir a ellas es ir también ir a las que montañas que pretendieron estar "más allá" del Everest, más altas que su cima.

¿Cómo surgió la idea de realizar este proyecto?
Un grupo de amigos montañeros llevamos haciendo viajes metódicos por la China más desconocida, la occidental y central, la de los desiertos y altas montañas, desde 2007, año tras año hasta hoy. Habíamos estado anteriormente por esas regiones, pero no con esta insistencia. Esto lo facilitó que algunos de ellos mantienen una empresa de viajes algo aventureros llamada China, Tierra de Aventura, donde colaboran gentes de allí y de aquí. El impulsor y organizador del viaje fue nuestro amigo Ricard Tomás, barcelonés que vive en Shanghai desde hace unos 20 años y que conoce la China oculta como nadie. Me lo dijo volviendo de un recorrido por estas mismas montañas, pero bajo el monzón, de modo que habíamos podido ver los valles, pero no los montes, que sabíamos que estaban por allí, pero poco más: "- Como hay tan poca información sobre ellos, tenemos que volver –me dijo-, pero sólo a las montañas. Si podemos, nos enteramos de cómo son y, si nos enteramos bien, escribimos un libro". Pues de acuerdo, le respondí. Y volvimos, y entramos en las montañas, y nos enteramos de unas cuantas cosas... y escribimos el libro. Además, Ricard subió a una de las cumbres de una de estas montañas, un seismil solitario, el Amne Machin, con Juanjo San Sebastián y con Ramón Portilla poco después.

¿Que os hizo fijaros en las montañas de China?
Las cordilleras interiores y limítrofes de China son extraordinarias, largas, altas, solitarias, cargadas de hielo, colgadas sobre altiplanos y desiertos, buena parte de ellas con una profunda cultura tibetana, de modo que son muy atractivas tanto para el que busca naturaleza apartada como para el que quiere profundizar en las culturas del Asia interior. Y, si además eres geógrafo o montañero o viajero, sólo hay un modo de conocerlas: ir a ellas. Pues la información escrita, cartográfica o fotográfica disponible entre nosotros es escasa y a veces ninguna. Hay que ir allí y la sorpresa que recibes es grande. Y piensas: ¿cómo podíamos haber conocido tan imperfectamente hasta ahora estas montañas soberbias? Las montañas de China permiten plantear cuestiones de elevado interés científico, y ofrecen paisajes de gran calidad y posibilidades montañeras múltiples y formidables.

¿Cómo lo definirías? ¿es una guía, un libro fotográfico, de viajes...?
Es todo eso, en efecto. En principio es un libro de viaje de montaña sobre unos lugares poco conocidos, que contiene además una guía para ir, para repetir nuestro itinerario, que describe los lugares, sus gentes, sus creencias, sus modos de construir las casas, y que relata la historia alpinista de estas montañas, la rescata del olvido en muchas ocasiones, y la ordena proporcionando sus datos concretos. Se dicen muchas cosas nuevas, que no encuentras en las historias del montañismo que se usan habitualmente, y que, aunque ocurren en montañas apartadas, son de mucho interés. Hay incluso algún accidente en estas montañas, por ejemplo, realmente dramático, que no ves recogido en los libros de alpinismo.

El libro tiene un formato lo suficientemente grande como para que permita incluir en él fotos y dibujos de los diversos autores. Hay numerosas ilustraciones, algunas a toda página, que ayudan a ver los paisajes concretos a los que se refiere el texto y las gentes cuyas costumbres se comentan. Pero, aunque es un libro bien ilustrado, no es sólo un libro de ilustraciones, sino de texto. Contiene el libro también un DVD con el documental del viaje, realizado en los lugares descritos y con los autores comentándolos, lo que ayuda a hacer más cercanas esas montañas.

¿Abrirá esto las puertas a una zona desconocida?
Esperamos que sí. Es un primer paso; a nosotros mismos nos abre a nuevos recorridos, a visitar áreas todavía más escondidas. Pero, dado el poco conocimiento que se tiene en occidente sobre estas montañas, creemos que el libro podrá ser como abrir una puerta o, mejor, una ventana (¡las montañas están mucho más altas que las puertas!) a ese mundo. Unas montañas son muy solitarias, otras muy sagradas, otras escarpadas, otras son grandes macizos glaciares. Sólo dos tienen mapas detallados que puedan adquirirse en China o fuera de China. De modo que lo que el libro contiene es una geografía escondida para quien quiera saber más, para quien quiera ir y subir.

¿Cómo está estructurado el libro?
Tiene dos partes. En la primera se tratan los aspectos generales de las regiones y sus cordilleras, es decir, la rama oriental del Kunlún y la cordillera Hengduan. Y en la segunda parte se va de montaña en montaña por las cuatro que ocupan la atención de esta obra, cada una con su capítulo correspondiente, que son el Amne Machin (6.282 m), el Meili (6.740 m), la Montaña de Nieve del Dragón de Jade (5.596 m) y el Minya Konka (7.556 m). En la parte general hemos descrito los lugares y los itinerarios, los rasgos de la naturaleza y de las etnias, sus costumbres, creencias y sus casas tradicionales. Y hacemos la historia de las primeras exploraciones de estas montañas.

En la segunda se describen los picos propiamente dichos, uno a uno, y se cuentan sus respectivas historias, locales y alpinistas. Se aclaran muchas cosas de cada pico, en general lo que se conoce poco (o nada) y es bueno saber, paso a paso, con esquemas cartográficos, y hasta lo que es demasiado turístico, sólo por fortuna en dos puntos, y que se puede tanto visitar como evitar.

¿Y el DVD que incluye el libro?
El DVD es a la vez el relato filmado en directo del viaje, con sus viajeros, los lugares que se visitan y las peripecias que les pasan, por fortuna pocas, y un documental de las cuatro montañas sagradas, con sus caminos, gentes, templos, ríos. Es el libro convertido en película de 45 minutos. Un complemento casi vivo de los textos y las fotos.

Habéis contado con la colaboración de Sebastián Álvaro y J. Pallás (así como de China. Tierra de Aventura) ¿cuá ha sido su participación en el libro?
Son esos amigos y parte de esos viajeros constantes por China (y por todas partes) a que antes me refería. Su apoyo fue fundamental en el viaje y en la confección del libro, si bien Ricard y yo habíamos asumido su redacción y estructura general. De modo que China, Tierra de Aventura, con la que todos habíamos colaborado de un modo o de otro, se hizo cargo de la organización del viaje o, mejor, los viajes, pues fueron varios, y luego de la coedición con Desnivel del libro y el DVD. Y fue tanto ese apoyo por sus conocimientos y por sus experiencias personales como por sus grandes calidades humanas. Fue muy buena cosa que un grupo de amigos como éste estuviéramos juntos en el proyecto hasta el final.

De Sebas son muchas fotos del libro, tomadas casi todas junto a los demás y algunas en otras de sus expediciones, las más vistosas, sin duda, dado que es un magnífico fotógrafo, regaladas para esta obra. De Joaquín es un capítulo sobre la construcción tradicional en las regiones recorridas, en las que vuelca todo su conocimiento de arquitectura, que es mucho, ilustrado con unos preciosos dibujos de casas, pueblos, monasterios y torres, por lo que ambos son coautores de la obra en estos campos. Creo que gracias a su contribución este libro es de particular belleza visual, y se enriquece mucho al abarcar temas que requerían una pluma especializada.

Se presentó hace unos días en China ¿cómo fue acogido allí?
Pues fue una experiencia estupenda. Se presentó dos veces, una en el Instituto Cervantes de Pekín y otra en la Biblioteca Cervantes de Shanghái. En la primera sesión lo presentó el embajador de España en China, Eugenio Bregolat, que es autor del prólogo al libro, con presencia del Agregado Cultural de la embajada. En la segunda, la presentación corrió a cargo del Cónsul en la ciudad. Ambos estuvieron ingeniosos, con muchas dotes literarias y buenas tablas, de modo que fueron amenos y simpáticos; pero, como a la vez son profundos conocedores de China, eso contribuyó a que sus intervenciones fueran de gran calidad. De manera que el público lo pasó muy bien, disfrutaron y aprendieron. Había, como es lógico, muchos chinos, que nos preguntaron a Ricard y a mí infinidad de cosas sobre los lugares y que pidieron que, con urgencia, se hiciera una edición en chino e incluso en tibetano, para que pudiera difundirse más entre ellos. Estamos en la idea de sacarlo al menos en chino dentro de poco.

¿Hay que dejar descansar al Everest a pesar de la atracción que ejerce sobre nosotros?
El Everest sigue siendo su majestad de las montañas y todos queremos rendirle pleitesía. Nunca quedará atrás porque es la montaña reina o diosa del planeta. Yo he estado en sus dos vertientes principales y he escrito sobre ella estudios de geografía. ¡Qué gran experiencia! La larga estancia en el gélido Rongbuk con un pequeño grupo expedicionario en 1986 no la olvidaré nunca y siempre la recuerdo con una mezcla entre grandeza, dureza y amistad. Este libro sucede así a aquel otro sobre esta montaña. Hubo un "más acá" antes de este "más allá". Nunca descansará el Everest, nunca. Pero, más allá hay otras montañas que... ¡Mejor leed el libro!

¿Reivindicas la exploración de lo desconocido como la fuente de aventura del siglo XXI?
Naturalmente. Cada vez queda menos "desconocido", es como la luna menguante, que va lentamente desapareciendo. No en este caso de los cielos sino de los mapas. A pesar de eso quedan montañas lejanas, silenciosas, solitarias, como las de este libro, por las que deambular a la busca de un collado, de un valle perdido y hasta de una cumbre sin nombre, donde hay visiones de montañas celestes que parece que estaban esperándote a que llegaras y contemplaras su inmensa belleza.