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ENTREVISTA: Endika Urtaran "No soy escritor por vocación"
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1 de Diciembre de 2011

ENTREVISTA: Endika Urtaran "No soy escritor por vocación"

Pati Blasco

El ganador del Premio de Literatura Desnivel 2012 nos regala con su novela Huida al Tíbet un auténtico relato de aventuras, con mucha montaña, tesoros, búsquedas, peligros… En esta entrevista nos habla de las razones que le hacen escribir.

Sus primeros pasos fueron por los montes vascos, después el Pirineo. Como siempre se perdía, no le quedó más remedio que ir a Madrid a estudiar Ingeniería Técnica en Topografía. Tras acabar los estudios trabajó en Marruecos e Indonesia. Después fue a Valencia a estudiar Ingeniería en Geodesia y Cartografía. Allí conoció a sus inseparables compañeros de aventuras con los que participó en varias expediciones (Andes Bolivianos, Cho-Oyu, Manaslu, Everest, Polo Norte, Nanga Parbat). Con ellos escribió el manual Expediciones (Barrabés, 2003). Desde entonces ha trabajado como cartógrafo en diferentes instituciones: el Institut Cartogràfic Valencià, el Servicio de Cartografía del Gobierno Vasco y el Instituto Geográfico Nacional. Huida al Tíbet es su primera novela.

En esta entrevista el ganador del Premio de Literatura Desnivel 2012 nos habla de las razones que le hacen escribir:

"No soy un escritor por vocación. Más bien la vida me ha llevado a acumular un montón de anécdotas propias y ajenas hasta que rebosó el vaso. Sentí la necesidad de contarlas para vaciarlo y volverlo a rellenar con gotas nuevas."

También deja hablar a alguno de los protagonistas de su novela:

"En la sociedad actual está todo demasiado controlado, desnaturalizado. Vivimos bajo el cielo del aire acondicionado, recolectamos en el supermercado y cazamos animales hormonados y envasados. Las personas no estamos diseñadas para eso y la montaña es el único refugio que nos queda para vivir la auténtica vida, la apasionante, la de la naturaleza indómita y los peligros desconocidos."

Lo mejor es que la leas….

¿Cuándo empezaste a ir a la montaña?
La primera vez que recuerdo debía tener unos 5 años. Subí con mi padre al Zaldiaran, una pequeña colina al lado de Vitoria-Gasteiz. Me acuerdo porque me tiré una semana contando a todo el mundo que había andado 4 kilómetros.

Te sientes más montañero o cartógrafo
Me ha tocado vivir a caballo entre los estudios y la montaña, entre los mapas y la montaña, entre los viajes y la montaña, entre la familia y la montaña. Pero si me pides que elija entre todas mis vidas, me quedaría con la de montañero. Es lo único que me define de verdad, sin la montaña no sería yo, sería otra persona.

¿De dónde surgió la idea de Huida al Tíbet?
La verdad que no soy un escritor por vocación. Más bien la vida me ha llevado a acumular un montón de anécdotas propias y ajenas hasta que rebosó el vaso. Sentí la necesidad de contarlas para vaciarlo y volverlo a rellenar con gotas nuevas.
Junté algunas vivencias en la montaña y las entretejí con mi profesión de cartógrafo. Pero no quería que fuera un libro ni para expertos montañeros ni para cartógrafos, sino para personas de la calle. Al final habla de lo que nos une a todos, de la naturaleza de la que provenimos y a la que tendemos; de la supervivencia en un mundo hostil; y sobre todo de la amistad en su sentido más puro.
Mucho de lo que se cuenta en Huida al Tíbet es real, a veces novelizado y otras veces rebajado para que sonase más creíble.

Conoces muy bien las montañas de las que hablas en la novela y también las zonas geográficas…
Como los personajes de mi novela, también subí al Cho-Oyu, recorrí el altiplano tibetano y trepé por las paredes del Everest. Me pareció un escenario lo suficientemente exótico y misterioso como para ambientar una novela de aventuras. Conocer, no todo lo bien que me hubiera gustado. Los que hacemos equilibrios entre monte, trabajo y familia vamos a las expediciones con el tiempo justo y volvemos de noche a casa de puntillas y con las botas de monte en la mano.

¿Sabes nepalí o tibetano como el Jon de la novela?
Soy más bien como el típico guiri que quiere y no puede, que se aprende cuatro palabras para no quedar muy mal con los lugareños. Pero me encantaría poder pasar una larga temporada entre aquellas montañas, como Jon, pero sin pasar por lo que él sufrió.

La historia del tesoro más preciado del Tíbet ¿realidad o ficción?
Parte de real y parte de ficción. El tesoro al que se refiere la novela parece ser que reposaba en Kushinagar (India) hasta las invasiones del siglo XII que la condenaron al olvido. Cuando se redescubrió la ciudad en el siglo XIX ya no quedaba rastro de él. El resto es ficción.

Las gafas de GPS de realidad aumentada ¿Realidad o ficción?
Como en casi todo, parte realidad y parte ficción. La técnica cuenta ya con todos los componentes necesarios para fabricar unas gafas de realidad aumentada con GPS como narra la novela y hay inventos que van por el camino como el Google, es cuestión de poco tiempo que aparezca algo similar en el mercado.

¿Qué debe tener un personaje de ficción para que te identifiques con él?
No creo que el mismo patrón funcione con todo el mundo, pero los personajes con los que me suelo identificar son aquellos que tienen reacciones creíbles ante situaciones que pueden serme totalmente ajenas. Nunca estaré en la luna, pero si un astronauta empieza a notar que se le acaba el oxígeno en un paseo lunar, puedo ponerme en su lugar e imaginarme lo que siente, porque todas las personas tenemos mucho en común.

¿Y un personaje real que tenga un significado especial para ti?
Nunca he sido admirador de iconos, ni seguidor de masas. Cuando era pequeño los noticieros anunciaban la muerte de un Papa, le pregunté extrañado a mi madre por qué salía aquel señor en la televisión y no la abuela Higinia que había muerto unos días antes y era mucha más importante. Mi realidad es lo cotidiano y la persona más especial para mí ha sido mi madre, porque me enseñó cosas que no aparecen en los libros.

Prefieres la novela de montaña o el relato de una vivencia real.
Por lo general prefiero un relato real, o mejor, un relato real novelizado. El saber que ocurrió realmente algo de lo que pone allí pero no dónde empieza la ficción me encanta.

¿Crees que la literatura de montaña es tan buena como la de otras disciplinas?
Yo diría que es mejor, porque la montaña es el único sitio de nuestro entorno donde nos reencontramos con nuestros orígenes. Como dice uno de los personajes de Huida al Tíbet: En la sociedad actual está todo demasiado controlado, desnaturalizado. Vivimos bajo el cielo del aire acondicionado, recolectamos en el supermercado y cazamos animales hormonados y envasados. Las personas no estamos diseñadas para eso y la montaña es el único refugio que nos queda para vivir la auténtica vida, la apasionante, la de la naturaleza indómita y los peligros desconocidos.

¿Qué enseña más, un buen libro o la montaña?
Creo que lo que somos es una mezcla de todo que vivimos, todo lo que escuchamos, todo lo que leemos… pero si me obligas a decidirme, siempre me decantaré por la montaña y por la vida auténtica.

En tu caso, ¿Qué fue primero, ir a la aventura o leer sobre la aventura?
Seguramente ir a la aventura, aunque lo uno alimenta a lo otro. Los libros te dan ideas para cruzar tus barreras y las aventuras te empujan a buscar libros que hablen de lo que tú has vivido.

¿Los viajes hacen más grandes a las personas?
Si nos atrevemos a escaparnos de la "jaula de oro" del hotel, desde luego. Nos ayudan a cambiar la perspectiva, a adaptarnos a lo nuevo, pasamos de ser turistas a ser habitantes temporales de los sitios que visitamos. Si luego oímos noticias de aquellos lugares los sentimos como propios y si conocemos en nuestra ciudad a alguien de allí sentimos que es nuestro paisano.

¿Qué es más complicado, escribir un libro o subir una montaña?
Para mí escribir un libro, aunque me imagino que para Pérez Reverte será al revés.

¿Sobre qué o quién te gustaría escribir tu próximo libro?
Me gustaría reanudar la historia de Huida al Tíbet donde la dejé. Cualquier otra historia que refleje la amistad y el afán de superación tampoco me importaría.

Mi libro favorito sobre montaña y viajes es...
Me gustó mucho Mal de altura de Jon Krakauer, también Mi montaña de Eider Elizegi. Hay otros a los que les tengo mucho cariño, tal vez no por su calidad sino porque lo que lees en tu adolescencia lo cargas en tu mochila para el resto de la vida. Los libros de supervivencia del aventurero alemán Rüdiger Nehberg me encantaban.

¿Cuál sería tu rincón para Huir si te encontrases en la situación del personaje Jon o de Carlota…?
Seguramente vagabundearía un poco el Amazonas, por el Himalaya, por Polinesia o por ninguno de los anteriores.