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25 de Septiembre de 2014 En una pared de la Patagonia está la clave de todo. Una novela de vida, culpa, amor, escalada, deliciosamente escrita por Rosa Agudo Villa, se lleva el Premio Desnivel de Literatura 2014 tras horas de deliberación por parte del jurado formado por: Chus Lago, Jokin Azketa y Pati Blasco.
«Los trozos de papel volaron libres en la estrecha calle solitaria… » Esta es una de las frases del comienzo del libro ganador… y si hablamos de la reunión del jurado el pasado 19 de septiembre sería algo así. Las palabras volando libres, las opiniones y las dudas y el debate, en esa calleja del Madrid castizo, con algo de picar y un vino celeste que todo lo riega.
En estos años como coordinadora del Premio Desnivel de Literatura, lo que más me ha entusiasmado de las reuniones del jurado es la de gente variopinta e interesante que conoces. Eso y la generosidad. De leer con cariño y dedicación, sin esperar nada, los cuatro manuscritos que llegan a sus manos.
Nunca había sucedido que los cuatro finalistas tuvieran un nivel tan alto. Y eso que este ha sido un año de poca participación (45 manuscritos presentados) pero de una altísima calidad. Hasta el punto de que el jurado estuvimos reunidos deliberando casi cinco horas.
Jokin Azketa, ganador de la pasada edición con su novela Lo que la nieve esconde, puso el punto masculino al equipo con mucho espíritu crítico y visión comercial, ya que está acostumbrado a lidiar con la venta de libros en su tienda y librería de montaña MUGA.
«Este viernes pasado me acordé de los días anteriores al fallo justamente hace un año... La espera... Y quise, al votar, ser honesto y responsable con las ilusiones y el esfuerzo de aquéllos para mí desconocidos pero de los que había tenido la suerte de poder leer sus manuscritos. Sobre todo quise ser serio y riguroso con quienes habían escrito y no defraudarles a ellos ni tampoco a los lectores... Y no olvidé ni por un instante la ilusión que me hizo recibir este premio hace un año».
Chus Lago está acostumbrada a lidiar con otras historias… Nada que ver esta reunión con su subida al Everest o con alcanzar el Polo Sur tras 59 días de travesía. Aquí no estaba sola pero puso el mismo empeño y rigor en llegar a una conclusión común. «Para mí ha sido maravilloso participar como jurado del Premio Desnivel, es siempre un honor y una enorme responsabilidad juzgar el trabajo de otros autores. Valorar cuál de los manuscritos, que este año se han presentado, ha sido el mejor, no ha sido fácil, pero por suerte los tres hemos estado de acuerdo a la hora de escoger al ganador de este año».
Los tres juntos, acompañados del equipo editorial de Desnivel, fuimos diseccionando cada libro. Desde El Lobo de las nieves –de Víctor Riverola– que habla de nazis y espías en el Matterhorn; a Insularidad –de Ralph del Valle– que cuenta la vida a través de correr, o La luz de las rocas –de Antonio J. Ruiz Munuera– que, viajando entre cinco maravillosos relatos, nos dibuja un Yosemite que ha crecido y vivido bajo muchas sutiles miradas.
Como bien dice Jokin: «Me ha parecido que los cuatro han sido merecedores de llegar a la final. El estilo me ha gustado más en unos casos que en otros pero el trabajo que han hecho todos me ha parecido impresionante, además todos han buscado datos para escribir con rigor».
Pero había que elegir, y los puntos fuertes de cada manuscrito pesaban mucho. Al final uno brilló con gran intensidad, quizá por su nombre de constelación, o puede ser que nos atrapara desde la primera a la última página en una danza de misterio, incertidumbre y buena literatura tal como comentan Jokin y Chus, víctimas de esta rica historia:
«Como lector me he encontrado con un libro sugerente y que atrapa. En una pared de la Patagonia quedaron las ilusiones rotas de Alex que página a página se empeña en recuperarlas y saldar sus cuentas con el pasado. Horologium es eso pero también es mucho más: una trama que discurre entre montañas y que atrapa al lector, un sendero lleno de curvas con sorpresas escondidas y que puede que sea el camino del protagonista por recuperar la felicidad perdida, algo que él mismo sabe que es una quimera». Jokin Azketa
«Horologium es una novela con un trasfondo de suspense que me mantuvo intrigada hasta la última página, de narrativa fluida, llena de imágenes y personajes que enriquecen la historia desde un segundo plano mientras los verdaderos protagonistas caminan sin decaer ni un momento, hacia el final de la novela. Por otro lado, la montaña, presente en todo momento pero guardando la distancia, acaba cobrando protagonismo y volviéndose a alejar en un juego de enfoque y desenfoque con el que la autora teje la historia».
«La autora ha logrado intercalar escenas de suspense, amor, sexo y escalada demostrando un perfecto dominio literario en cada una de ellas» Chus Lago
Y la autora es Rosa Agudo Villa, bióloga de profesión, escaladora… Recibe la noticia mientras viaja por Europa y tiene a su bebé, de apenas un mes, en los brazos. Esta es su primera novela y estuvo escribiéndola cerca de cinco años ya que lo hacía a la vez que redactaba su tesis doctoral. Presentó la obra bajo seudónimo «nunca había utilizado uno antes, así que busqué un nombre que me gustara, Amalur significa madre tierra en euskera, me parece bonita la palabra y su significado». Cuando le preguntamos cómo surgió la idea para crear Horologium cuenta que «me encantan las novelas de ficción en montaña y me dije "voy a escribir una"».
Siempre había escrito cuentos y relatos y se lanzó a este proyecto que huye del tono de una escritora novel y parece haber sido creado por alguien que lleva tiempo indagando con las palabras y la manera de contar historias y sentimientos.
Pronto podréis tener en las manos esta interesante historia que seguro cautivará vuestro corazón como lo hizo con el nuestro. Como dijo Chus Lago «Cuando un escritor sale ganador en un premio, todos ganamos algo; el nacimiento de un nuevo libro, de una nueva expectativa».