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Juanjo Alonso: "Durante la vuelta al mundo en bici experimenté la sensación de la libertad pura"
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1 de Julio de 2014

Juanjo Alonso: "Durante la vuelta al mundo en bici experimenté la sensación de la libertad pura"

Juanjo Alonso, alias Kapitán Pedales, recorrió los cinco continentes en bicicleta en un viaje de dos años. Una experiencia que sigue viva en su recuerdo y en las páginas del libro que acaba de editar Desnivel: 'La vuelta al mundo en bicicleta'

El 17 de agosto de 1990 Juanjo Alonso cerró la puerta de su casa, montó en la bici y supo que a partir de aquel momento no debía rendirle cuentas a nadie. "Experimenté algo que casi nunca más me ha pasado: tuve la sensación de la libertad pura, plena, me iba y no tenía que volver". Regresó, sí, al cabo de dos años, con 70.000 kilómetros recorridos, 45 países visitados y las historias que llenan las páginas de su libro La vuelta al mundo en bicicleta.

Juanjo partió en busca de las respuestas que buscaba su cabeza nómada y su espíritu libre e imitó el camino de sus ídolos: "Tenía líderes y mitos musicales como los Beatles, que partieron a Asia para meditar". Quiso seguir ese mismo camino y al final dio con uno propio: "Cuando inicié la aventura buscaba muchas respuestas lejanas y al volver me di cuenta de que había crecido en experiencias, pero el verdadero viaje lo había hecho alrededor de mí mismo", confiesa.

El viaje que llevó al Kapitán Pedales por el mundo hace más de dos décadas vuelve a cobrar sentido hoy. "Lo hice con la intención de cumplir un sueño. En el momento actual de desarraigo social es cuando más fuerza hay que tener, cuando más hay que creer en uno mismo y luchar por los sueños. Por eso es el momento ideal para reeditar mi libro", explica el autor. A su vuelta publicó la obra, se agotó la primera edición y desapareció de las librerías hasta ahora, cuando Desnivel ha recuperado este clásico de la literatura de viajes.

Juanjo Alonso visitó Nueva York y Nueva Delhi, recorrió desiertos y manglares, durmió en jardines y caminos e igual comió jamón hasta engordar que preparó sopas de corteza de árbol que le hicieron perder kilos. La bicicleta marcó el ritmo apropiado para su aventura, más rápida que la travesía a pie y menos veloz que los coches que te obligan a ver el paisaje desde la ventanilla. "La bici es un vehículo humilde, sencillo, sin gastos y con la única filosofía de avanzar".

En su opinión, el cicloturismo es una vía de escape y evasión hacia la pura libertad que se ha generalizado desde que emprendió su viaje y que, en algunos casos, se ha refinado en exceso. "Hay incluso de tarjeta de crédito", bromea, pero reconoce que aún quedan muchos viajeros que beben de la cultura nómada y aventurera que le empujó a él.